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Juan José Amavet: “Milei para la obra pública porque dice que lo que hace el Estado, lo hace mal. ¿A qué privado, le interesará repavimentar el acceso de un pueblo de 3.000 habitantes?”

El intendente de Santa Anita dialogó con A1 Noticias sobre los orígenes del pueblo entrerriano. Analizó como sufren el ajuste las pequeñas localidades y ofreció su análisis de cómo debe encarar el peronismo, desde la Liga de Intendentes del PJ, el armado con impronta territorial

En primer lugar e jefe comunal agradeció “por interiorizarse en lo que es la vida y la gestión pública de los municipios del interior del país, con realidades que son muy distintas”, explicando que los orígenes del pueblo “fue fundado por sacerdote Enrique Becher, que en una actitud y una acción solidaria y colonizadora a la vez, vio a muchos alemanes del Volga, que además de no entender el idioma, no tenían forma de subsistir”.

Era una comunidad de alemanes que se habían ido a Rusia, estuvieron a la vera del río Volga durante aproximadamente 100 años, manteniendo sus costumbres y tradiciones, y de allí llegaron a Argentina. “Parte de esos grupos fueron a Coronel Suárez, y otros a Entre Ríos. El padre a través del verbo divino, hacía un trabajo con los fieles, y como estuvo trabajando en Esperanza (Santa Fe), se entera de esos colonos inmigrantes que estaban desamparados por la pobreza extrema y que no tenían tierras para producir”, agrega el intendente.

El padre Enrique Becher –cuenta Amavet- “busca tierras, hace un acuerdo económico, sin dinero, compra las tierras de la estancia Santa Anita, por eso el nombre de nuestro pueblo, los convoca a estos colonos a venir a nuestro pueblo, y a partir de esa acción altruista comienza la administración de la colonia Santa Anita, que se funda en el año 1900”.

Dentro de las particularidades de Santa Anita, cuenta con una iglesia de construcción centenaria,  declarada patrimonio histórico y arquitectónico de Entre Ríos, también se puede visitar la casa donde vivió el padre fundador, hay monumentos históricos y se puede disfrutar platos de la gastronomía particular de los alemanes del Volga. Es una localidad que tiene 3.000 habitantes y sus principales activos son el sector productivo, avícola, y el turismo que desde hace unos 15 años comenzó a incrementarse, llegando a que “los fines de semana nuestra población se duplica. Hay muchas casas de fines de semana, un balneario, y trabajamos fuertemente para incrementar el turismo”, detalla Amavet.

Tal como se detallaba al comienzo estas pequeñas comunidades se ven muy afectadas por el ajuste del gobierno nacional. “Nos ha impactado mucho, el municipio tuvo que achicar gastos, y para que tomen dimensión nosotros sufrimos durante el año 2024 una reducción en términos reales de ingresos o de poder adquisitivo del 14% de la coparticipación. Esto claramente es la menor actividad económica, menos IVA, menos impuesto a las ganancias e impacta directamente en los pueblos chicos, donde no tenemos grandes industrias que nos aporten tasas o algún impuesto”, sintetiza.

El municipio de Santa Anita solo percibe solamente la tasa de servicios públicos que representa el 10 o el 15% del valor real del servicio que, por ello “la coparticipación representa el 90% de los ingresos”, sostiene, “a nosotros nos impacta muy fuertemente, ese 14% representa casi dos meses, casi dos meses de coparticipación, entonces en vez de ingresar 12 meses de coparticipación ingresaron diez”, ejemplifica Amavet.

Otro sector donde se sintió el ajuste “son las obras paralizadas que teníamos con el Gobierno Nacional, nos ha tocado una época difícil, pero como somos una administración ordenada con sus cuentas en orden, pudimos aumentar el salario de los trabajadores 19 puntos por encima de la inflación. El principal escollo durante este año es afrontar las obras que quedaron paralizadas de Nación”, denuncia.

Juan José Amavet es muy crítico del rumbo de la política de Milei, “escucho con total liviandad que la culpa de todo la tiene el Estado, y que todo lo que hace el Estado está mal, y por ello la no necesidad de la obra pública en Argentina. Eso atenta directamente contra la posibilidad de desarrollo de las pequeñas localidades, tenemos un acceso de 15 kilómetros desde la ruta”, y entonces se interroga: “¿A qué inversor privado, le va a interesar repavimentar el acceso que necesita un pueblo de 3.000?”.

Recuerda que la obra “estaba licitada y se paralizó a partir de la asunción del gobernador Frigerio. ¿Qué inversor privado le reditúa una obra de esas características para recuperar su inversión? Cuando pasan de cien a ciento cincuenta autos por día. La participación privadas puede ser factible en los grandes conglomerados, donde hay un número importante de personas que puedan contribuir, o empresas que estén interesadas. Si nosotros queremos un país verdaderamente federal, armónico, un desarrollo demográfico equitativo, tenemos que incentivar para que estos pueblos sobrevivan. Si no, no hay destino”, analiza el jefe comunal de la ciudad entrerriana.

La demostración de que con un Estado presente hay mayor crecimiento lo muestra esta pequeña localidad. “Nuestro pueblo tiene 125 años, pero la creación del municipio la tenemos hace solo 25 años; lo que ha crecido nuestro pueblo producto del motor que significa un municipio, es exponencial. Se transformó nuestro pueblo en los últimos 25 años, y eso es gracias al acompañamiento del Estado local. Creo en los Estados descentralizados, los Estados inteligentes, los Estados que se conecten con el sector privado. Nosotros tenemos acá en Santa Anita un consorcio caminero público-privado, justamente donde el municipio se conecta con los productores para reparar los caminos. Una experiencia única en la provincia de Entre Ríos. En eso creemos”, sostiene de manera categórica.

Amavet aclara que “no estoy en los temas políticos electorales en este momento, tratamos de gestionar. Pero si estamos convencidos, para que de una vez por todas se ponga a quienes tenemos territorio. Comparativamente un intendente de 3000 habitantes tiene una representación y Paraná tiene otra, y San José o Federación, tienen otra. Es importante darle entidad, escuchar y participación real a quienes tenemos territorio, a quienes están en el día a día, dándole respuesta a la gente”.

Completa la idea, explicando que “quienes se someten a la elección en un pueblo donde nos conocemos todos, en las ciudades se muestra más la gestión, y cuando somos revalidados, me parece que llegó el tiempo de que se nos den los lugares, por lo menos para participar y tomar decisiones para el peronismo. Es lo que nosotros venimos reclamando, me parece que le va a hacer bien al justicialismo de Entre Ríos. Por eso la Liga tiene un componente institucional, de gestión, pero también político, y esa es mi postura”, manifiesta.

“No soy de los que cree que haya que tirar a los dirigentes por la ventana, soy de los que creen que a los dirigentes los jubila la gente. Por eso percibo en el ambiente que el peronismo necesita renovarse. Las caras, las posiciones, acercarnos a la gente, seguir hablándonos a nosotros mismos no nos hace bien,”, afirma a manera de autocrítica. “Tenemos que generar un peronismo propositivo que asuma los errores cometidos, y no tengo duda que somos mucho mejores de los que están gobernando ahora”, dogmatiza.

Para reflexionar entrega una par de datos de las reuniones de la Liga de Intendentes Justicialistas, “hay que empezar a armar planes de gobierno, porque no es cuestión de que llegar dentro de cuatro años al gobierno y no saber qué hacer con los errores que habíamos cometido. Tenemos que aprender y tenemos que tener un plan de gobierno para superar las gestiones que hemos tenido”, finaliza Amavet.

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